Más allá de la valoración de los carteles, porque la experiencia así decanta las cosas, es sobre el toro donde recae el principal interrogante de la Feria de Julio, que se presentó ayer en el lujoso Hotel Westin sin que el empresario que da nombre a la empresa --Simón Casas Produtions-- hiciese acto de presencia para defender los segundos carteles que presenta ante la afición valenciana en esta nueva etapa.
Porque, sobre todo en València, ya sabemos que donde amanecen las figuras el toro disminuye y plantar en el decorado un Pablo-Romero de Las Ventas es del todo menos coherente. Lo aconsejable en saraos de este tipo sería, ya que se enseñan los carteles, mostrar también vídeos o fotografías de las corridas reseñadas para despejar cualquier duda en uno u otro sentido. Porque vista la última Feria de Fallas sin ir más lejos y sin polémicas encontradas, las conclusiones nos llevaron a ese punto y lo raro sería que la corrida anunciada de Valdefresno no superase el trapío para València. El problema estará en las de Victoriano del Río, hierro del que desde aquí no vamos a negar su buen momento, o Daniel Ruíz, que es donde hay algunos feriantes de postín, aunque no todos.
Con Ponce, Castella, El Juli, El Fandi y Manzanares anunciado, quien falta es el principal tras la baja de José Tomás. Un tal Morante de la Puebla. Su hueco natural se lo han dejado a Hermoso de Mendoza, que ni compite en el mismo escalafón de Ponce o Castella (que completan el cartel), ni torea a pie sino caballo, ni se los pasa por la faja sino por la grupa y que reglamentariamente se las ve con astados desmochados.
Será imaginativo o un cartel demasiado repetido, como se encargó de recordar Santiago López, pero además es un cartel cojo y sin competencia. Un alivio o una ventaja para que la figura de turno no abra cartel tras 20 años de alternativa, algo que sería lo más normal del mundo y que ya debería tener más que asumido Enrique Ponce.
El Fandi por decisión empresarial completa el cartel con El Juli y Manzanares. Y hasta ahí sus razones, que asegura un buen puñado de entradas. En la otra, Jiménez, Luque y Pinar. Uno cae en gracia, el otro aspira a todo y el tercero entra en el pack. Son habas contadas. Y para dar color, una de La Quinta con dos valencianos necesitados --Tomás Sánchez y Ángel de la Rosa-- apelotonados para cumplir el cupo del pliego --estamos en las de siempre-- y un gladiador llamado Rafaelillo.
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