volver a la aste nagusia de bilbao

Volver. Por cuarto año consecutivo, de nuevo Aste Nagusia. La imagen la pille el año pasado en la barra una de las txosnas con toda la intención. He aquí, de nuevo en la Pensión Central, de nuevo en pintxeando en Lepanto a todas horas y de nuevo yendo a los toros en Vista Alegre.

Bilbao me engancha en todos los sentidos.

Ayer fue el primer día, agotador. Madrugón. Paliza en coche. Corrida de toros. Enrique Ponce de nuevo por sus fueros sacando faena de la nada. Morante de la Puebla derramando arte en cuentagotas. Y Castella estrellándose contra el muro de su propia ambición. La corrida de Núñez del Cuvillo baja de casta, sólo salvar por sus intenciones a primero, segundo y cuarto, muy floja y bonancible. Maestro y aprendiz, saltaron dos sobreros, quinto y sexto, de Santos Alcalde mucho peores todavía, mansos de solemnidad. Y es que hasta para criar el vulgar toro moderno hay que tener estudios.

Hoy el cielo cárdeno albaserrada, El Cid, una de Torrealta, también con Manzanares y Gallo. Por la noche Amaral, que le encanta a la parienta. Y mañana excursión a la desconocida Donosti --cuatro años viniendo a Euskadi y todavía no hemos salido del botxo, Getxo lo más lejos-- y por la noche concierto de los escoceses Travis, que estos me gustan a mi. Nos pelaremos la de Fuente Ymbro. Y el domingo la de Victorino y Mari Jaia que arderá.