Desde luego, un poco más torpes y la Tauromaquia ya no existe.
Lo que molaría ahora que saliese un torero de esos de lo que se visten por los pies y tuitea sin que le tiemble el pulso y dijera: "yo no voy a Sevilla porque paso de anunciarme en una feria pregonada por Esperanza". Y yo, ahí sí, lo entendería todo y no me harían falta más comunicados.
Pero no. No caerá esa breva. Esperanza pregonará, se lo pondremos a huevos a los de siempre. Y lo que es peor: ni a los maestrantes ni a Pagés ni al G-5 ni a los medio pensionistas se les caerá la cara de vergüenza.
Paco March en Burladero también ha escrito, desde la indignación, al respecto:
Que los maestrantes viven en su particular burbuja (mientras reciben dividendos) es algo asumido, pero en los últimos años (de vacas flacas para casi todos) y en especial ahora, ha estallado, para que de ella salgan algunas de las miserias de una Fiesta que zozobra. Y zozobra, también, porque insiste en perpetuar esos signos trasnochados, cañís, chulescos, retrógrados, fachosos...que provocan un efecto reactivo a la contra incluso entre sus más apasionados y firmes militantes, condición superior (provocada por las circunstancias) a la de aficionados.
Y que la Sra. Aguirre sea la elegida para ensalzar, en tan significada fecha y ocasión, las bondades de la tauromaquia, a quien esto firma le causa sudor frío.
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