22 octubre 2009

la risa floja

Pasa en todas partes. Te tropiezas, te das con algo, se te parte la pata de una silla de plástico, te caes, y los que están alrededor se tronchan de risa. Pasa como en los toros. Va el toro, hinca lo pitones en la arena, da la vuelta de campana, se pega una costalada tremenda y lo que más se oye acto se seguido es una tremenda carcajada. Malo cuando uno va a los toros a para partirse de risa. También lo hacen cuando a la salida de un par de banderillas el toro aprieta hacia adentro. Hay de aquel que ve ese momento de peligro y lo único que se le ocurre es descojonarse. Es la risa floja.

Y a santo de qué viene esto, pues a santo de la columna de hoy de Enric González, Maluquinho, de la que pego el último párrafo porque una vez más vuelve a estar acertado:

Cuando Brasil no tenía de qué reírse tenía O menino Maluquinho. En España tenemos gente así, que hizo reír en las épocas oscuras. Como ahora parece que oscurece, a lo mejor sería el momento de revolver las videotecas para sacar aquellos tiempos en que Tip y Coll nos hacían reír con un vaso de agua. No cuesta nada reír, pero a veces cuesta tanto hacer reír. Ziraldo lo consiguió en Brasil, y por eso le han premiado en este adusto país que sólo se ríe si el otro se cae.

No hay comentarios: