14 diciembre 2010

¿es josé tomás la única solución?



El sábado por la tarde la twittosfera taurina estuvo dándole vueltas a la noticia que adelantaba Emilio Trigo a través de Carlos Crepo: los Núñez del Cuvillo vuelven a Sevilla y lo hacen el próximo domingo de resurrección. Es decir, el próximo 24 de abril. Para entonces se cumplirá un año del cornadón de José Tomás en Aguascalientes.

Noticia sólo había una. Que los Núñez del Cuvillo vuelven a La Maestranza. Ilusiones, un par. Que José Tomás reaparezca y que se anuncie de una vez en Sevilla. A todo eso, recordemos que el torero está convaleciente mientras no se diga lo contrario. Y en firme todavía no hay nada, sólo palabras del propio diestro y del apoderado, Salvador Boix, a las que afición y empresarios se agarran como a un clavo ardiendo sin querer atender a otros rumores que indican incluso que el de Galapagar podría haber dicho a la cuadrilla que se busquen otros planes. Hacen bien --afición y empresarios--, lo primero es más probable que lo segundo, y más teniendo en cuenta de quién se está hablando.

Lo mismo que José Tomás no reaparecerá hasta no lograr la recuperación total, hay que decir que tiene la torería y el compromiso suficientes como para enmendar la situación y volver a los ruedos como solía. La única incógnita es saber, cuando vuelva, por cuánto tiempo será: un día, una temporada, dos o más.

Ahora mismo, a las puertas de un preocupante 2011, el sector taurino tiene su principal punto de atención en José Tomás y la vuelta de Núñez del Cuvillo a Sevilla ha sido como una nueva luz entre tanto rumor. Los cuvillos en temporadas anteriores habían puesto por delante la presencia de JT para ir a Sevilla, este año no. ¿Se da por hecho o es cosa imposible? La segunda. Sin fecha de vuelta, para la clásica fecha maestrante los nombres que se barajan son Morante, Juli y Manzanres. El de José Tomás pondría fuera órbita un presupuesto ya a punto de desbocarse, y más en una fecha en la que no hay televisión.

Mala cosa. 2011 necesita de carteles fuertes y sentido común. Necesita de José Tomás y todavía no se sabe si reaparecerá en Aguascalientes, Castellón, València Málaga, Sevilla (por pascua o por el Corpus) o vaya usted a saber dónde; y además necesita de equilibrio. La cosa no se presenta fácil. Con un escalafón con escasos puntos interés y la monotonía instaurada entre las ganaderías predilectas de los feriantes de postín, es necesaria la reorganización. Es muy simple: que los espadas de máximo interés se acartelen con las ganaderías de idem y que el obseleto negocio taurino redestribuya de la mejor manera el taquillaje sin abusar ni engañar al pagano --afición y público-- y que piense en otras formas de ingreso en la fiesta aunque eso suponga abrir las puertas al resto del mundo y la casa no esté verdaderamente para enseñar. La Mesa del Toro, ahora que parece dispuesta a algo, podría ocuparse de ello entre otras cosas.

Hay que hacerlo. José Tomás no es la solución, sólo es un inmenso favor a la fiesta sobre el que no se debe encerrar la fiesta como único revulsivo.

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