23 octubre 2007

lo que importa (y lo que es de primos)

Pensaba, bendito acontecimiento, a raíz de toda la historia de los símbolos patrios. Fue la bandera, el día de la ra… ay, Patria, con discurso pseudoinstitucional incluido, antes, recordemos, fue la letra del himno, como si nos faltase algo para ser completamente patriotas, y en los últimos días, a estas horas el españolito medio medianamente interesado se habrá enterado ya, las escuchitas de Esperanza Aguirre a Su Majestad. Lo que hay, el PP trata así a la virulé de institucionalizarse. Brillante idea, pero le ha pillado en tiempos de ejercer la oposición. Y ya que han visto que España no se rompe ni por ésas, pues la nueva táctica es hacer propios cada uno de los símbolos, otro modo de romper, separar, embroncar en definitiva. Enarbolar más alto que nadie la bandera, ser los más rapsodas del Estado, ¿he dicho Estado? Quería decir Nación. Y ya puestos aconsejar al Rey, decidle a quién comprender y dar trato humano. Claro, cómo no habíamos caído: “Todos los que amamos España estamos con el Rey”.

Que aquello que representa a España está por encima de todas las cosas. Aunque llegue un día en el que todos vayamos con el agua al cuello o no se pueda ni respirar, o sin exagerar tanto, a
rrasemos con el patrimonio natural y cultural más cercano, su España, de unos 8 millones de habitante/votantes, tendrá un himno cantado, una bonita bandera y un Rey que hará caso a cada consejo. Sí, lo del cambio climático, el calentamiento global, no importa y a quien le importe es un primo, que lo dice Mariano, que se lo ha dicho su primo, pero qué manera de redundar. Que lo que importa de verdad no son más que símbolos.


PD: Con este post cumplo con el Blog Action Day del pasado 15 de octubre y añado el punto cuarto de la Nota Informativa de la Asociación Taurina Parlamentaria sobre el manifiesto de las asociaciones defensoras de los animales. Se trataba de hablar y defender el Medio Ambiente, ¿no?

PD2: Dudo de si todo este patriotismo empedernido no se podría llamar también puro electoralismo.

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